Partidismo.

A estas alturas, todos sabemos por sus formas de actuar, quienes son los partidos y "lideres" partidistas y aprovechados, y por ende, el patriotismo lo tienen en un segundo cajon de la cómoda.
Ciertamente el partidismo es la enfermedad más perniciosa que existe dentro del llamado patriotismo, capaz de destuirlo todo, cualquier iniciativa e incluso de autodestruirse.
Partidista es aquel que su individualismo político le lleva a no pensar en las consecuencias de sus actos, ni lo que pase en España, ellos van por el buen camino y los demás estan equivocados, no le importan los sentimientos ajenos, tan sólo los propios.
Muchos son mezquinos, ruínes y mentirosos.
No comparte, por si lo que hace deja al descubierto sus vulnerabilidades y miedos. Y su mayor miedo es sentir en sus carnes lo que él provoca en los demás. Se deja influenciar fácilmente por la ilusión y la apariencia, se alimenta de las migajas de la sabiduria y, luego, sonrie orgullosamente, creyendo ser un sabelotodo.
Manipula constantemente los sentimientos ajenos, los de sus militantes, sin inmutarse por si sufren o no, o si estan de acuerdo o no.
Es tan sumamente orgulloso que piensa siempre que su partido sin él no sería nada, y deja u obliga a marcharse a personas con grandes iniciativas y formacion politica de su partido. No pasa nada, está él.
Esta terrible e invisible enferdedad se encuentra por doquier. El individuo que la padece huye constantemente de su propio sufrimento, negando sus sentimientos (no olvidemos que ellos son y se sienten patriotas), y por tanto, actuando como actúa.
Cuando las buenas palabras no funcionan y esta persona no sana, sólo hay una forma para hacerlo sanar, hacerle sentir en sus propias carnes lo que provoca en los demás. Pero cuidado, hay que ser muy cuidadoso, pues sino surgirá en él la venganza.
Esta enfermedad vírica por suerte para todos, se está extinguiendo y terminará autodestruyéndose tras la culpabilidad que surgirá en él.