La unidad debe basarse en el poder popular.

SOBRE LA UNIDAD

España necesita un Movimiento de verdad alternativo a la excluyente dominación bipartidista, al régimen de dominación oligárquica, incapacidad, negligencia y corrupción de las instituciones construidas a su amparo y a su criminalidad comprobada.
Durante décadas tal Movimiento a fracasado cada vez que se intentó, en particular porque lo que se organiza es una especie de copia mediocre de lo aprendido de ese mismo bipartidismo, sus estructuras, métodos, comportamientos y procedimientos.
El acercamiento de patriotas -que es el repetido esfuerzo hecho- no ha servido para todo lo que puede, porque se ha autolimitado a la conocida predica de la bondad de la unidad, definir acuerdos programáticos, declaraciones, análisis de coyuntura, definición de consignas generales y llamar a la acción común en movilizaciones puntuales. El discurso y la acción necesarios, pero no suficientes.
La ausencia sensible es la de descifrar el método de construcción de una propuesta de unidad -no de los avanzados sino además- del pueblo alrededor de sus problemas y aspiraciones; el método de construcción de sus objetivos inmediatos y mediatos, de organizarse para conquistarlos y de su capacidad de movilizarse para construir un futuro deseable para todos en cada parte.
En síntesis, una cosa es la organización y eventual unidad de los cuadros y colectivos mas avanzados políticamente y otra distinta la organización y eventual unidad del pueblo en cada parte. Una cosa es la administración y otra el poder. Una cosa es aspirar a ganar unas elecciones, acumular posibilidades en algunas instancias y otra hacer uso inteligente de esos acumulados probables para desatar mayores niveles de poder social desde las bases. Una cosa es un eventual triunfo electoral (político-administrativo) y otra la construcción de poder. Adicionalmente, una cosa es aspirar a la administración y/o al poder y otra distinta estar preparado y/o prepararse para una administración alternativa y para ejercer ese poder.
Se repica sobre la unidad, pero se transita en su búsqueda a través de caminos que -al contrario- sirven para afinar las diferencias a través de interminables debates teóricos; suplantar su necesidad objetiva y subjetiva con la apariencia de las declaraciones ocasionales y diferir su real construcción responsable con las múltiples expresiones de una convivencia acrítica y oportunista de la unidad.
La unidad no es un fin en si mismo, sino un instrumento que no puede eludir las preguntas de para qué y cómo, asuntos determinantes para saber entre quienes, donde y cuando. No se trata de producir la sensación de la unidad de las distintas fracciones en el imaginario de un espacio común, que se difunde en medio de las inocultables tensiones desatadas para imponer a los demás los criterios y métodos de un particular modo de ver y de actuar, o peor, de acomodarse ante el imperativo de una calculada conveniencia para cada cual.
De lo que se trata es de reconocer las diferencias para superarlas, no a través del debate, las declaraciones de buena voluntad y la acción ocasional, en particular electoral, sino de un proceso permanente de construcción de la unidad fundamental, que no es la muy limitada y aparente del acercamiento “hacia dentro” de grupos y cuadros en el espacio común, sino para construir la unidad fundamental “hacia fuera”, que es la de las bases, alrededor -no de cada fracción o incluso del Frente Español como conjunto- sino de sus problemas y para su solución eficiente, del método y vías claras para construír la fuerza popular necesaria para producir esas soluciones económicas, políticas y culturales que necesita España en cada parte.
La unidad y lo alternativo no pueden ser una copia, ni variaciones de los equilibrios “internos” propios del partidismo tradicional y sus actuales enmascaramientos, sino que están -precisamente- en el “afuera común” de unas bases urgidas, no para escuchar y prepararse a delegar -por enésima vez y con el voto confiado- su carácter de constituyentes primarios, sino para asumir el peso completo de su destino, con el apoyo sereno y firme de un Frente Español a modo de catalizador de la enorme fuerza represada de una sociedad excluida, no solo de los bienes comunes, sino hasta del debate, la organización y la acción transformadoras.
En el acuerdo sobre el cómo actuar ante la sociedad “externa y de bases” que nos contiene y rodea es donde están las ecuaciones de la verdadera unidad “interna”. Por eso el énfasis anunciado que a continuación haremos sobre el ambiente, la construcción de poder popular y prepararnos para ser gobierno en cada parte. Esto es, definiciones, decisiones y tareas comunes para ayudar a superar ésta etapa de equilibrios y milimetrías internas y disponernos a las consecuencias de saber a donde vamos y como lo vamos a hacer, solucionando -de paso- el equívoco de que tenemos diferencias y dificultades por las distintas procedencias de quienes estamos confluyendo, cuando de lo que se trata es de saber -no de donde viene cada cual- sino si comparte hacia donde vamos y cómo debemos hacerlo.

SOBRE LA DIMENSION AMBIENTAL

El ambiente no es una nueva variable a tener en cuenta, sino una vieja constante cuya desconsideración política explica la actual situación de crisis ecológica, económica y ética que afecta al mundo entero.
España vive hoy una emergencia ambiental y social de inmensas proporciones, pacientemente incubada por décadas. Las cifras y datos de los territorios de desastres anteriores, actuales y en curso son elocuentes, así como lo que significa para un país que un porcentaje enorme de su población esté bajo la línea de pobreza crítica.
Padecemos las consecuencias de un modelo de maldesarrollo para el cual lo primero y sagrado es la libertad para acumular capital. Lo cierto es que cuando no llueve hay sequía, y cuando llueve hay desbordamiento de los ríos,taponamiento de vías, tragedias en los barrios marginales de todas las ciudades, ahogamiento de tierras, y pérdidas de cosechas por inundaciones. Las causas son las mismas : el mal está hecho, nos han impuesto -y nos hemos dejado imponer- un modelo económico que ha significado un grave daño a la naturaleza y pobreza extrema.
Hay los análisis de las consecuencias ambientales de las prácticas mineras, industriales, agropecuarias, comerciales y de servicios, altamente depredadoras, contaminantes, consumistas y de desperdicio increíbles.
Los desuetos e impuestos criterios de “maldesarrollo” imperantes como sinónimo del progreso de los individuos y las naciones, ha conducido a la debacle ambiental y crisis humanitaria actual. Se especula oficialmente con el ordenamiento territorial, la planeación y la participación, pero se festina hasta el agua, que es el principal bien común por excelencia, en la pira privatizadora de la especulación mercantil de las transnacionales. Somos los consumos masivos de todo, pero no concentramos las demandas para impedir el mercado abusivo con nuestras necesidades vitales.
Hay cinismo oficial cuando se habla de la sostenibilidad, refiriéndose al modelo económico y político que nos condujo al desastre actual, cuando de lo que se trata es de la sustentabilidad de la vida del planeta y de la humanidad misma. El Frente Español puede y debe constituírse en portaestandarte ideológico y práctico de ese empeño por la vida en España. El ambiente debe estar en nuestro ideario, pero principalmente en la agenda comunitaria y del Frente Español en todas las regiones y municipios del país.

SOBRE PREPARARSE PARA SER GOBIERNO

Los partidos tradicionales ingleses tienen la figura del “Gabinete en la sombra” que consiste en que la agrupación que pierde las elecciones organiza su oposición constituyendo un equipo de “Gobierno” -incluido el “Primer Ministro”- encargado de hacer seguimiento “cuerpo a cuerpo” al nuevo Gobierno. Así, cada Ministro real sabe que hay un “Ministro” correspondiente “en la sombra” que está pendiente de cada disposición, omisión o iniciativa, y que hace el respectivo análisis y eventual censura. Con tal escrutinio riguroso, la oposición no solo hace proactividad gubernamental de alto nivel sino que se prepara en la práctica para ser alternativa de poder administrativo.
En España -el Frente Español- bien podríamos hacer lo propio, pero no solo “gabinete” sino “Estado” en la sombra. Se pueden sugerir que “grupos en la luz” esto es, Grupos de Trabajo por cada Ministerio, Departamento Administrativo y Empresa oficial. Pensamos que además de tal estructura ante el Ejecutivo Nacional, debe hacerse lo correspondiente en la cobertura de cada Comunidad Autónoma y en cada Municipio con sus ayuntamientos. Además ante el poder Legislativo, el Jurisdiccional, el Electoral y para las entidades de Control y Vigilancia, encargados -cada cual- de evaluar su actual situación y elaborar las acciones y propuestas respectivas.
Con todo, se estructura un Frente Español -en las distintas coberturas nacional, departamental y municipal- donde cada militante tenga oportunidad de hacer parte activa y aportar en correspondencia con el territorio geográfico e institucional respectivo.
De lo que se trata es de no alentar ilusiones de alguna especie, y abordar las tareas sin las cuales no habrá cambio posible, de no escamotear las tareas concretas de construcción de la fuerza suficiente -de las bases- en todas las regiones y ciudades -de una parte- y los conocimientos, mecanismos y destrezas necesarios -de otra parte- para asumir la administración de lo público en la cobertura local, regional y nacional con perspectiva de poder real. No solo de administración de lo público, sino de uso de la capacidad y derechos del común y de ese eventual poder administrativo (legislativo y ejecutivo) para modificar la correlación de fuerzas no solo electorales, ni solo administrativas, sino en el terreno económico, social y cultural del cada día.


SOBRE CONSTRUIR PODER POPULAR

Con todo, está al orden del día -local, regional y nacionalmente- partiendo de lo existente y tal cual existe, convocar a la mayor cantidad posible de actores de base, académicos y políticos, al análisis y las decisiones de coyuntura ambiental, económica, administrativa y cultural, para a partir de allí, buscar consensos posibles -y del método- para construir la unidad de los patriotas a través del acuerdo por construir la unidad fundamental desde y con las bases, preparar mejores condiciones de conocimiento y acción para la autogestión, la cogestión y el acceso a la administración pública construyendo paralelamente poder popular.
Hay relaciones bilaterales, trilaterales, multilaterales entre las tareas y cada territorio geográfico e institucional, lo equívoco es su simplificación oportunista, que lo que consigue y reproduce son remedos de los instrumentos, las aspiraciones y los procedimientos “políticos” para -en últimas- escamotear el proceso cierto de emancipación y poder del pueblo que es el que se necesita en cada parte.
Por último, nos referimos a dos territorios y dos procesos paralelos, el de los espacios geográficos y el de los espacios institucionales, en las tres coberturas : locales, regionales y nacional. Y múltiples instrumentos con el propósito de activar un Movimiento -complejo y diverso- que solo puede ser entendido y sobretodo desarrollado con base en una lectura completa de la realidad y en compartir, desde las bases y en las distintas instancias existentes, la disposición expresa de construcción cotidiana de fuerza y conocimientos diversos, para acceder, ejercer y mantener los espacios de base y de la administración pública con el prospecto de consolidar el poder popular. Esto es, de ampliación y ejercicio de un creciente poder socio-económico, político-administrativo, legislativo y jurisdiccional, para la construcción de una nueva cultura de respeto a la vida de la naturaleza y a la soberanía popular, hacia un creciente bienestar de las gentes del común, en armonía con su entorno físico y entre el conjunto los sectores.
Hablamos pues de un Movimiento con estructuras políticas y dinámicas sociales Locales y Regionales autónomas, como soporte cierto de su carácter Nacional, con propósitos ambientales, socio-empresariales, político-administrativos y culturales autónomos, que se expresan no exclusivamente en las coyunturas electorales, sino de manera permanente. Un Movimiento del conjunto de los Sectores Sociales del campo y las ciudades en cada Municipio, cada Región y nacionalmente.
Las comunidades de base, con la decisión expresa de ésta nueva manera de hacer política del Frente Español, debemos hacer una juiciosa valoración de la situación de las aguas, los suelos y las gentes en cada Municipio, incluídas las grandes ciudades. Ordenar la información disponible y ponerla en la Mesa Común de todos los que -siendo parte de los problemas- debemos hacer parte de las soluciones.
Estamos proponiendo al conjunto de compañeros de todo el país que no hagamos del Frente Español otro espacio para dividir a las comunidades, al contrario, liderar los procesos de amplia confluencia ciudadana y de sus organizaciones, alrededor del conocimiento estricto y la solucion posible de los asuntos comunes en cada parte.
El Frente Español -por la esperanza popular que hoy representa- bien puede erigirse en el impulsor conciente de esos espacios naturales para el encuentro, el debate y la construcción compartida de las soluciones a los tradicionales problemas populares. Con base en Pliegos y Planes (puntos y proyectos), crear las condiciones de conciencia, organizativas y de movilización económica, polìtica y cultural necesarias, para la reparación, defensa y conquista de los derechos de las gentes y para la recuperaciòn y protección de los territorios, que son el soporte material de la vida de todos. Los Comedores Populares autónomos, la comercialización de alimentos, el proyecto de vivienda digno, la bolsa de ofertas y demandas populares, el terrorismo, la delincuencia, la inmigración entre otros.
Se cuenta con la extendida experiencia de los Movimientos Patriotas actuales.
El Frente Español puede disponerse a impulsar -en cada Municipio, en cada Región, en cada Comuna y Localidad de las capitales, esos espacios de encuentro, debate y decisión colectivas de carácter ambiental, socioempresarial y de nueva cultura, con base en el conocimiento del estado de las aguas, del aire, de los suelos, de las construcciones, los ingresos básicos, la alimentación, la vivienda, la salud, la educación y los servicios públicos, del terrorismo, de la delincuencia, de la inmigración, tendiente a concretar los distintos puntos a tratar con la administración pública respectiva.
Garantizado el carácter autónomo de esas Asambleas del Común, definidos los puntos y voceros, no necesariamente a través de procesos de choque, idealmente de intercambio limpio para precisar los tiempos y los presupuestos de los distintos empeños, en los diversos escenarios, incluyendo las parodias que el actual Gobierno usa para simular la soberanía popular. Tales procesos comunitarios pueden -con el aliento y compromiso del Frente Español, no a nombre de las comunidades, sino con y para ellas- expresar la viva voz de sus aspiraciones y atenerse a las dinámicas que de allí se desprendan, que teniendo la diversidad regional y local, son siempre propósitos, organización y acción conciente en cada parte.
Seguramente aparezcan muy diversas maneras de tales expresiones de convergencia popular de base alrededor de sus apremiantes asuntos, lo que aquí se señala es la radical importancia política de que el Frente Español adopte tal método de trabajo con las bases y en su beneficio. El Frente Español debe acabar con la mentira polítiquera en España, ejemplo, de que votando se va a solucionar algún problema, cuando debemos trasmitir sin dudas la certeza de que los problemas solo tendràn solución a través de la organización y lucha de quienes los padecemos; no colaborando con la división del pueblo por grupos, y matices, cuando tenemos tantos y tan graves problemas ambientales y sociales comunes que necesitan unidad de las bases afectadas y soluciones reales. Así -de paso- nos preparamos -con las demás organizaciones del pueblo y con las demás compañeras (os) para ser gobierno local, regional y nacional