Ejercito español...¿que ejercito?

El que suscribe, ha tenido la oportunidad de asistir esta mañana, al 50 aniversario del Servicio Aéreo de Rescate, situado en la Base Aérea de Cuatro Vientos en Madrid, como invitado por un buen amigo, oficial, que está destinado en esa unidad.
Me ha dado,en parte pena, mucha pena, y asco, mucho asco.
La Presidencia del acto era llevada a cabo por ese señor que llaman Principe de Asturias.
El acto debía comenzar a las diez de la mañana.... craso error, pues el señor Principe ha llegado a las diez y veinte, es decir, la puntualidad marcial de que el Ejército siempre hizo gala se ha perdido en toda su cuantía.
Antes de que llegara este Principe, ha entrado la enseña nacional al toque del Himno.... algunos militares saludaban, otros no, hasta el punto, que he visto como llegaban al acto, tarde muy tarde, un teniente y un sargento primero, con los acordes del himno nacional, y no han sido capaz de saludar a la bandera.... triste, pero real. Asqueroso
El Principe ha pasado revista a las filas, por cierto, mucho extranjero en el Ejército español (¡¡que Ejército¡¡).
Una vez terminado este momento, han pasado los discursitos de turno, que es para lo único que han quedado los militares, sobre todo Oficiales superiores.
Tras esto, para mi, el momento más emocionante, pues ha venido el acto a los que dieron su vida por España... de nuevo unos militares saludaban otros no.... el que llaman Principe, a su bola.
Ha comenzado a llover, y....... todos los presentes han ido corriendo a ocultarse de la lluvia sin que el desfile terminara.... la marcialidad y la impasibilidad castrense ha desaparecido.
Por último, un bonito desfile aéreo, pero nada...
Ah¡ se me olvidaba. Despues del desfile, comilona a lo grande, y no penseis que la cocina de la Base Aérea debió de trabajar a destajo, que no es así, pues ha venido un caterring del, nada más y nada menos, que el Restaurante Jose Luis, de Madrid, para el que no lo sepa, uno de los restaurantes más caros de España.
Para el sueldo de los soldados, poca leches, para comilonas del Principito, lo que haga falta.
Lo dicho, una verguenza, verguenza ajena.
Yo quiero un pisito, como el del principito.
Por una republica nacional sindicalista.
Saludos