Saturday, October 21, 2006

La mentira como arma historica.

La capacidad de adaptación del ser humano a las distintas circunstancias de su entorno siempre me ha sorprendido; pero lo que me llena de admiración es la capacidad que tenemos para acostumbrarnos a los defectos del comportamiento moral de los demás; pudiendo llegar incluso a no darnos cuenta de la existencia de esos defectos. De las múltiples imperfecciones morales que padecemos, existe una que considero la más dañina y la que implica mayor bajeza moral, y sin embargo, es la más habitual: la mentira. Si queremos matizar un poco mas, podemos añadir a sus primas hermanas, las verdades a medias y las verdades manipuladas intencionadamente. Como afirma algún buen historiador, el ser racional, conocedor de unos hechos determinados; bien por ser testigo directo, bien por estudio meticuloso y contrastado; cuando es receptor de la información de esos hechos de manera tergiversada o manipulada a conciencia; se siente agredido, o como mínimo, atentado vilmente contra su inteligencia. Desgraciadamente, cuando las mentiras, verdades a medias o como lo queráis llamar, son repetidas con machacona insistencia por muchas personas, en distintas ocasiones y en distintos lugares o foros, pueden hacer pasar al receptor conocedor de la verdad, de una enorme indignación inicial a la indiferencia e incluso a dudar sobre su verdad, para después pasar a aceptar esa mentira que inicialmente tanto le repugnaba. La táctica de la manipulación que supone la mentira sistemática, se da con mucha frecuencia en el mundo de la política y sobre todo en el relato de la historia; la cual es narrada día a día con total y absoluta manipulación y haciendo gala del mayor desprecio a la verdad. En muchos casos, al aplicar intencionadamente esta táctica se consigue que los hechos reales, a base de negarse una y otra vez, terminen por ser rechazados; convirtiendo la verdad en otra versión, que automáticamente queda oficializada. Las razones que son capaces de llevar al ser humano a semejante indignidad pueden ser de índole diverso. Pocas veces utilizamos las mentiras con carácter “piadoso”; mas bien suelen ser motivadas por egoísmos, cobardías, envidias etc., y sobre todo por las ansias de poder. Curiosamente y en contra de lo que podríamos pensar, se miente mas y mejor en los hechos acaecidos en la historia mas reciente, e incluso y de forma paradójica en la historia contemporánea; en esa porción de la historia en que las generaciones presentes han sido testigos de los distintos avatares, y consecuentemente, tendríamos la capacidad de ser objetivos y honrados en el análisis y relato de los hechos. Algunas personas se han acostumbrado tanto a utilizar la mentira como arma arrojadiza para conseguir sus propósitos; que llegan a la bajeza moral de llegar a admitirla como algo normal y utilizan como única y posible disculpa el famoso “y tu mas”. Pero desgraciadamente lo triste de esta cuestión, no es que existan personas tan indignas que utilicen sistemáticamente la mentira; lo peor es la gran masa de plebeyos interesados que, además de aceptar la mentira de forma automática sin molestarse en tratar de contrastar los hechos, la jalean estúpidamente y mitifican al mentiroso. Como estoy en la seguridad de que el nivel de raciocinio existente en los lectores de estos foros está por encima de la media habitual; quedo en el convencimiento de la comprensión del significado de este rollo literario, que entrelazado con pensamientos de personas mucho mas capaces que yo, he osado largaros. ¿O no?

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